Monday, June 7, 2010

El hombre que susurraba al oído de los caballos...

Hace unos años, como ya escribí en un post anterior, nuestro camino se cruzó con el hombre que susurraba al oído de los caballos.
Talisman, por segunda vez, se había hecho daño a la mano derecha. Esta vez por mi culpa. Mi veterinario de siempre se estaba mudando a Estados Unidos y no me podía atender. Pánico. Qué hago? Empecé a buscar entre mis amistades caballistas, pero nadie sabía de ningún veterinario especializado en cojeras y ortopedía, como Fernando.
Como necesitaba algun producto, fui a la tienda de artículos equinos de Fuengirola (la única con precios aceptables en Fuengirola). El proprietario me conocía de la cuadra y, aún hoy, me pregunta por Talisman cuando nos vemos. Así que le comenté lo que pasaba y me dió el numero de dos veterinarios, socios, León y Guillermo, diciendome que si no podía uno, el otro me atendería. Llamé el primero, León; le expliqué la situación y me dijo que al día siguiente vendría a la cuadra.
Estabamos aun en Torremolinos; vino que eran las 19 horas; a oscuras; hacía frio. Vino con su socio. Visitó a Talisman, le hizo una ecografía y me dijo que tenía liquído de la cápsula sinoidal suelto por la articulación. Me preguntó si tenía paciencia y si me sentía capaz de curarle. Recuerdo que no estallé a llorar por casualidad, le dije que Talisman no tenía precio y que estaba dispuesta a hacere lo que hiciera falta para que volviese a andar bien.
La cura fue algo más rápida de la de la primera lesión. León me dijo que lo único que le hacía falta era reposo y alternar frío y calor local. Compré una bolsa de guisantes congelados y empecé a alternarle bendas de lana durante todo el día y, por la noche, media hora de hielo en loco. ¿Porque los guisantes congelados? Jejeje porque son sueltos y se adaptan a la forma cilindrica de la pata/mano de un caballo.
Unos meses después, León le hacía otra eco y le daba el alta medica a el y la enhorabuena a mi.
Un par de años despues, fue León quien me aconsejó la cuadra de Cristobal y Lazaro donde estamos ahora.
Verle trabajar con Talisman era un placer, la forma en que le hablaba para que se confiara y ver como Talisman le escuchaba y se tranquilizaba era una gozada. La combinación León-Lazaro era lo que hacía irme de vacaciones tranquila.
Ahora necesitamos las vacunas y la desparasitación anuales... el teléfono de León está desconectado porque hace meses que no trabaja. Está enfermo. No sé lo que le afecta. Desde aquí, en el más grande casi-anonimato, te mando mis mejores deseo para que te recuperes pronto. Te queremos León!